La responsabilidad fundamental de la enfermera tiene tres aspectos: Conservar la vida, aliviar el sufrimiento y fomentar la salud
Lo más gratificante de ser enfermera no es el sueldo que llega a tu bolsa, pues nos vamos con las manos llenas de las palabras de gratitud y las muestras de afecto derramadas de los ojos de una madre agradecida por haber limpiado la herida de su pequeño, o la mirada cálida de un esposo que deposita toda su confianza en ti, mientras atiendes a la mujer que lleva a su hijo en el vientre, o mejor aún, el apretón de dedos de un bebé que no ha salido aún de cuneros; esos son los momentos que hacen de nuestra carrera una carrera gratificante, emocionante y sobre todo humana. Por lo tanto, ninguno de los aspectos negativos de esta profesión puede compararse con lo bien que se siente ayudar y aliviar...